Tiempo de utopías: No hay victoria sin lucha

Fuente: https://patriaproductiva.net/ Número 0 – Abril de 2022

“Porque siempre va a faltar la batalla definitiva mientras
haya un pobre en la Patria”. Cristina Fernández de Kirchner

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La dinámica de un mundo en crisis estructural nos desafía a estar preparados para que ningún viraje histórico nos encuentre desprevenidos.
Próximo a cumplirse 212 años desde la Revolución de Mayo que dio comienzo a la historia moderna de nuestra Patria y 19 años de la promesa de Néstor al pueblo argentino, de no dejar las convicciones en la puerta de la Casa Rosada.
Algunos autores describieron como las “dos rutas de mayo”, a la disputa que comenzó en la segunda década del siglo XIX y que marcó los rumbos pendulares de Argentina y Latinoamérica. En este contexto creemos pertinente dar la discusión sobre los dos proyectos productivos en pugna. ¿Por qué sigue resultando tan importante rediscutir Patria Productiva o Colonia en estos tiempos?
La irrupción de un neoliberalismo, tecnológico, digital, financiero y de monedas no tangibles trastocó profundamente los sistemas de producción a nivel global. El sistema no dejo de crecer hasta lo que conocemos en la actualidad, se hizo dramática realidad con la aparición de la pandemia de COVID-19.
Eso, que para algunos era realidad y para muchos parecía futuro, se transformó en presente. Alumbró el nacimiento de un nuevo sector capaz de acelerar los tiempos sociales de producción, de modificar por completo las estructuras y supra estructuras de los sistemas productivos. Las nuevas tecnologías como medios de producción avanzan revolucionando el mundo, como en otros tiempos fue el alambrado, el ferrocarril, el teléfono o la televisión y resultan imposibles de detener.
Lo que no cambió, sino que por el contrario se profundizó, es el modo de relación social dominante, el afán de un puñado de hombres por acumular riquezas a costa de la vida y la destrucción del planeta. La riqueza continúa generándose por el trabajo humano, aunque este solo se trate de apoyar el dedo sobre la pantalla de un dispositivo. El dinero sigue mediando el intercambio de las mercancías, sea en papel moneda, en criptomonedas o en transferencias virtuales de pasarelas de pagos.


Tampoco parece cambiar el rol que los países centrales le dieron a Latinoamérica en el orden mundial, que es ser productor de materias primas a bajo costo.
Al igual que hace cinco siglos, nuestra Patria Grande abastece el desarrollo del capitalismo extranjero, sea este industrial, financiero o tecnológico.
Cuatro años de macrismo fueron suficientes para mostrar que la grieta continúa marcando la contradicción entre Patria Productiva o Colonia. Colonia, con los nuevos conceptos agregados de colonialidad o virtualidad, pero Colonia al fin, con ese significado
de esclavos (hoy podríamos decir excluidos) trabajando para el enriquecimiento de pocos, sean esos
pocos seres humanos, multinacionales o transnacionales. El proyecto, que gobernó desde el 10 de diciembre de 2015 hasta el 09 de diciembre de 2019, fue de especulación financiera en primer lugar, en el podio del robo a nuestra Argentina, pero también fue para favorecer al sector energético y agroexportador, en ese orden.
Hoy podemos decir que fue de características unitarias y excluyentes, represivas y golpistas. Pero sobre todo, fue un gobierno de amigos y de CEOs de empresas que usó el endeudamiento como herramienta de sometimiento y subordinación. La destrucción de la industria nacional, las PyMEs y el mercado interno, fueron escenarios de acciones políticas deliberadas, con un fuerte impacto en la clase trabajadora y el
empresariado con conciencia nacional.


Este proceso ya se vivió en nuestro país en las prácticas de la dictadura cívico militar iniciada en el ’76. En la pandemia macrista se reprodujo con las falsas noticias de los medios de comunicación hegemónicos, “gestapo” estatal, el lawfare de la mano de los jueces comprados, causas armadas, escuchas ilegales y presos políticos. Sin piedad, la derecha latinoamericana impulsó el proyecto colonialista, aggiornado a los tiempos de la virtualidad.
Una luz que vuelve El siglo XXI comenzó con la llegada de representantes populares a los gobiernos de muchos de los países de la región. Hugo Chávez en Venezuela, Lula Da Silva en Brasil, Néstor y Cristina en Argentina, Fernando Lugo en Paraguay, Tabaré Vázquez y Pepe Mujica en Uruguay, Michelle Bachelet en Chile, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador, construyeron derechos a partir de las necesidades de los compatriotas latinoamericanos. Tomaron las banderas de la Patria Grande en pos de una Latinoamérica unida y más igualitaria.
El sector de poder internacional tomó nota y no dejó pasar este intento de Latinoamérica unida. Volcó sus recursos, ya no solamente
con la fuerza de los marines, sino usando el cuarto poder cooptado en toda Latinoamérica para generar en el pueblo un descontento ficticio. Para eso, persiguió a los gobiernos populares y nacionales, los denostó, los encarceló con causas armadas y jueces vendidos, día a día, minuto a minuto penetró en los cerebros de la ciudadanía para que el odio hiciera mella en las urnas. Así vimos arribar al poder a Macri en Argentina, Bolsonaro en Brasil, Lacalle Pou en Uruguay, Piñera en Chile, Lenin Moreno en Ecuador, Benítez en Paraguay. Sin olvidar el golpe a la vieja usanza perpetrado en Bolivia.
Empezando la tercera década del siglo XXI la luz vuelve a encenderse. Sin embargo, el desafío actual requiere de mucha fuerza, audacia, estudio, formación, trabajo y disposición. Los tiempos se acortan y los vínculos se alejan. Ya no necesitan desaparecer nuestros cuerpos, solo aislarnos y distraernos con consignas que no dejan ver las contradicciones principales y nos enredan con controversias ficticias. La unidad es la que nos permitirá crecer y al crecer, realizar las transformaciones que necesitamos.
Por eso, hoy más que nunca, la adopción de herramientas alternativas para formar e informar son imprescindibles. El conocimiento hace la diferencia.
La Patria Productiva, inclusiva, federal, democrática, latinoamericanista, feminista, indigenista, diversa y sustentable, solo será si cobra fuerza en cada una de nuestras palabras, en cada una de nuestras acciones.
Cada uno de nosotros y nosotras, desde el lugar que nos toca transitar en esta etapa, tenemos que enfrentar al neo imperialismo en una
fase nueva, digitalizada, informatizada, con el firme objetivo de seguir sumando colonias, abastecedoras de materias primas para continuar
enriqueciéndose. Quieren que los cuerpos de nuestros compatriotas, el agua de nuestros ríos, los frutos de nuestras tierras, sean utilizados en
pos del enriquecimiento ilimitado de unos pocos.
Hoy más que nunca la Patria Productiva lucha para ser Independiente, Justa, Soberana e Inclusiva.
Por lo que tenemos, por lo que nos falta, por lo que necesitamos, porque como dijo Eva Perón, “no hay victoria sin lucha”, hemos decidido
construir esta herramienta de debate y formación, con una mirada política, científica, popular y nacional, desde la producción y el trabajo.
Desde la Comisión de Desarrollo Productivo del Instituto Patria venimos trabajando a través de la creación de distintos foros de intercambio y debate con la participación de compañeras y compañeros de todo el país (Foro de Integración Productiva, Industria y Minería, Alimentos, Diversidad, mujeres, género, etnias y pueblos originarios por la Patria Productiva, Agroforestal y Pesquero, Agropymes y Cultivos Alternativos) con el objetivo de abordar los temas donde consideramos oportuno intervenir desde la generación de ideas y la puesta en común.
Es en esta misma dirección que nace la revista Patria Productiva, dedicada a nuestros militantes, a los militantes de las distintas organizaciones o partidos nacionales y populares y a todos aquellos que comprendan que la Patria es el otro.

Hoy más que nunca la Patria Productiva
lucha para ser Independiente, Justa,
Soberana e Inclusiva.

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