Francisco Martínez, de Cooperativa Textiles Pigüé: «Invitamos a un camino que permite transformar necesidades en derechos»

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Fuente: Francisco Martínez – Cooperativa Textiles Pigüé

Las medidas anunciadas por el provocador vocero presidencial Manuel Adorni nos dejan ante el peor de los escenarios al que una sociedad puede asistir: la total falta de opciones para acceder al trabajo.

El ataque a las cooperativas, sobre todo a las que se conformaron para recuperar empresas, apunta a sumar a miles de hermanos y hermanas a ser parte de una triste estadística, la del desempleo, que sumando a los despidos en el Estado y al continuo sangrado por el cierre de pymes que deja todo los dias a la gente sin empleo, hace de todo esto una verdadera olla a presión.

Hacen todo para la tribuna, sin sustento ni herramienta jurídica, porque quieren que se nos señale como responsables de la situación de angustia y padecimiento que hoy sufre la gran mayoría de las trabajadoras y trabajadores. Nuestras prácticas de solidaridad son comparadas con ejemplos de corrupción. Así lo muestran a través de todas las grandes redes vinculadas a la comunicación.

Sabemos que es netamente ideológico. Y que avanzan sin obstáculos abriendo oficialmente la temporada de cacería. Será salvaje. Hacen y harán chiquero mezclando todo. Y si no revisamos nuestras estrategias, nuestras construcciones políticas, seguirán aprovechando lo insuficiente de nuestras silenciadas capacidades de respuesta.

Las cooperativas, las y los laburantes, dimos respuestas. El sector cooperativo, al que nos hemos sumado desde Textiles Pigue hace veinte años, ha sido una herramienta que permitió la continuidad de las fuentes de trabajo en esta y en casi quinientas otras empresas en todo el país. Con más posibilidades de crecimiento algunas, no con tantas otras, pero siempre ofreciéndonos generosos y con ganas de estar con los compañeros y compañeras en nuestros puestos de trabajo, con horarios, con responsabilidades; y no en la calle, desempleadas y desempleados, en condiciones en las que están a la orden del día las malas decisiones.

La Economía Social, principalmente a través de las cooperativas de trabajo, fue reconocida como la ambulancia que recoge a las familias expulsadas del circuito laboral por un sistema cada vez más injusto, con un proceder asqueroso en cuanto a cómo generar economía.

El IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) que se otorgó durante el gobierno de Alberto Fernandez para atenuar los efectos de la pandemia, mostró las millones de personas que no están en relación de dependencia, que duplicaban a las personas que tienen patrón. Hoy esa cifra ha crecido. Sabemos que hay un nuevo orden de trabajo aquí y en el mundo. Que ya es hora de aggiornar a los tiempos actuales algunas estrategias para tener trabajo. No sabemos si pasan las soluciones solo por estas recetas de la autogestión, pero sí que hay nuevos paradigmas. Desde aquí seguiremos insistiendo para hacer lo que haya que hacer entre las y los trabajadoras, con el movimiento obrero organizado y con nuestros clientes y proveedores, mayoritariamente pymes que también se seguirán cayendo a pedazos si se extienden estas políticas del gobierno nacional.

Convocamos siempre a nuestras organizaciones hermanas a generar economía. A veces en escenarios favorables, otras veces, como en la actualidad, con mucho lastre y dificultades. Y convocamos a que lo hagamos de manera ordenada, con nuestros balances al día, con nuestra documentación sin fisuras, para adentro y para afuera, para acceder a financiación público-privada, para obtener créditos y subsidios que permitan herramientas de gestión vinculadas al desarrollo en nuestras empresas cooperativas, para estar cada vez más a la altura de lo que demandan los mercados en que nos toca trabajar.

También, a seguir luchando para revertir nuestras debilidades, exigiendo, demandando, siendo solidarios para contar con escenarios jurídicos para la continuidad de la explotación de las empresas con leyes no solo de expropiaciones, si no también de regulación de un sector que anda a ciegas por incómodos caminos pero recibe a miles de recién llegados a un lugar tan precario en cuanto a derechos que me recuerda a la parte de la canción Garzas Viajeras, de José Larralde, en la que se invita avisando que «pasen si gustan compartir necesidades».

Pero también invitamos a un camino que permite transformar necesidades en derechos. Que confirma que el trabajo colectivo, la solidaridad, la comunidad organizada en favor del amor y la igualdad, son posibles y viables.

Y son las armas con las que nos vamos a defender del individualismo, el sálvese quien pueda, el odio y la injusticia.

Francisco Martínez
Cooperativa Textiles Pigüé

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  1. Extended Opportunity

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