SOBRE EDUCACIÓN, EDUCADORES Y GENOCIDAS

Por Tato Treinta (y su columna. Primera entrega )

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Desde hace unos días, deambula por los “medios” y las “redes”, las lamentables y trágicas palabras de la Ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña. Al unísono, se divulga  por esos mismos espacios una foto, donde se muestra a dicha “Ministra”, cuando cursaba su escuela secundaria en el Colegio Primo Capraro, dependiente del Instituto Cultural Germano Argentino de Bariloche, que en esos momentos dirigía Erich Priebke, ex oficial (Hauptsturmführer)de las SS Nazis y virtual jefe de la Gestapo, en territorio italiano durante la Segunda Guerra Mundial y responsable directo del asesinato de más de 300 italianas e italianos, en lo que se conoció como “Masacre de las Fosas Adriatinas”, crimen por el cual fue extraditado de Argentina en noviembre de 1995, para luego ser juzgado y condenado a cadena perpetua en Italia en marzo de 1998.

Ante este “acontecimiento”, no pocos medios, tienden un “manto de piedad”, sobre la “Ministra”, arguyendo, sobre que “responsabilidad” le cabía a la “joven”, sobre la tendencia ideológica del “director” de la institución, que poseía un enorme “prestigio” dentro de la comunidad de Bariloche.  Cabe acotar que el “director” Priebke, era tal con el aval y total conocimiento de su “historia” de dicha comunidad.  (Recomiendo a las y los lectores, ver la película argentina “Wakolda” de la directora Lucía Puenzo, protagonizada por Natalia Oreiro y DiegoPeretti.)

Pero como suele suceder, lo urgente le quita tiempo a lo importante y no pocas veces al árbol nos tapa el bosque, y esa “foto” hace correr el eje de la cuestión y nos lleva a perspectivas maniqueas, en flagrante oposición.  El serio problema que implican los “dichos” de la “Ministra”, es que pone en tela de juicio el criterio de “ideologización” de la Educación, que incluye desde luego el bastardeo del concepto mismo de Ideología, lo que implica con ello el criterio de “asepsia” del conocimiento o dejando traslucir que hay una ideología “buena”, que sería la no-ideología y un “mala”.  Su concepción sobre la educación amerita una pregunta ¿Cuánto de dicha concepción no se fue prefigurando desde su escuela secundaria?

Desde Paulo Freire, hasta María Montessori, pasando por las hermanas Olga y Leticia Cossenttini, (pedagogas y pedagogos estos seguramente jamás leídos por la “Ministra” Acuña), desarrollan el criterio de una pedagogía liberadora, con un fuerte anclaje ideológico, que se resume en ese concepto de: Liberadora. Lo que sin tamices plantea la “Ministra” es por el contrario una pedagogía del “sometimiento” a lo dado, con la in-existencia de pensamiento crítico alguno.

El “ataque” a las y los docentes (motivo de otro artículo al respecto), no se dirige hacia  “todas y todos”, lo hace sobre aquellas y aquellos que según ella “adoctrinan” y fundamentalmente sobre sus estructuras gremiales, ya que como la “Ministra” sabe, un importante número de docentes, fueron “base electoral” de Juntos por el Cambio, fundamentalmente en CABA.

Sintetizando… en contra de todo criterio pedagógico, Soledad Acuña apela a los criterios, y como he expresado “sin filtro” alguno, sustancialmente a: la discriminación, prejuicios “de clase” y a la delación, como expresión de su “proyecto educativo”.  Quizás… y sólo quizás como rémoras de su pasado educativo en el Colegio Primo Capraro, dependiente del Instituto Cultural Germano Argentino de Bariloche, dirigido por el genocida Erich Priebke.

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