(por Tato Treinta)

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“Entre un viejo mundo que se está muriendo y uno nuevo que tarda en nacer, en ese claroscuro, surgen… los monstruos”.

Antonio Gramsci

En cierta oportunidad he leído por allí una pregunta interesante: “¿Qué nos pondremos cuando caiga la última máscara?”.  Si de política hablamos y para aquellas y aquellos que siempre lo supimos o las y los que lo quieran ver, la última máscara ha caído en los EE.UU. El supuesto ejemplo de “democracia”, quedó al desnudo. Y digo “supuesto ejemplo”, pues no hace falta más que hacer un poco de historia, para descubrir que “esa democracia”,fue desde sus inicios sólo la preservación de los intereses de una burguesía avara y depredadora. Durante un siglo su economía se sustentó en base a mano de obra esclava (1776-1865) y recién un siglo después, después de una no poca sangrienta lucha, los afro-descendientes pudieron votar con libertad. Es la única “democracia” en la cual, en su desarrollo,fueron asesinados cuatro presidentes: Abraham Lincoln (1865), James Garfield (1881), William McKinley(1901) y John F. Kennedy (1963).  Un candidato a dicha presidencia: Robert Kennedy (1968) y dos más que reconocidos dirigentes de movimientos sociales de afro-descendientes: Malcom X (1965) y Martin Luther King (1968). Acontecimientos todos ellos en donde nunca se llegó a “descubrir” a sus autores intelectuales, ocultados los mismos por parte del mismo Estado.

No abundaré en que esa “democracia” promovió, apoyó, y subvencionó guerras, golpes de estado e invasiones contra “otras” democracias, sobre todo en América Latina. Fue uno de los principales  responsable del “siglo de las catástrofes” como bien lo definía el historiador Eric Hobsbawn al siglo XX.

Pero no dejemos que “el árbol nos impide ver el bosque”.  La debacle de esa “democracia” (liberal) expuesta en estos últimos días en EE.UU. se replica en casi todo el mundo occidental incluyendo a nuestra América Latina.  No son pocas las y los “pensadores” que están poniendo en tela de juicio, el valor y la operatividad de la actual “democracia”(liberal) en el mundo. Losque contribuyeron al desarrollo ideológico de esto que se denomina genéricamente como “democracias modernas” y hablo aquí de John Locke, Jean Jacques Rousseau y Charles de Secondant barón de Montesquieu, habían fijado un criterio que siempre se olvida, de que la “democracia” (liberal y no está demás continuar insistiendo en ello) era un “sistema” que implicaba sustancialmente un “Pueblo” informado y formado.  Estos “criterios” teóricos, llevan casi 400 años de existencia y nacieron como herramienta que garantizara el equilibrio de la naciente sociedad capitalista, “sistema” este que fue “sistemáticamente” degradándose, sobre todo en torno a su “representatividad”.

Isaac Asimov, aquel exquisito escritor de Ciencia Ficción de EE.UU. había definido que la democracia consistía en afirmar que«mi ignorancia es tan válida como tu conocimiento», refiriéndose  al anti-intelectualismo que se iba desarrollado en su país y que lo sintetizó como “el culto a la ignorancia”.

Si observamos los fenómenos político/sociales que van sucediendo en el “Gran País del Norte” y en su “Patio Trasero”… América Latina y en casi toda Europa, veremos que en el momento histórico en que la “información” está a la mano de cualquiera, la sociedad se encuentra literalmente “des-informada”, cuando no “mal-informada”.

Según el psicólogo Jorge Alemán “Ni los EE.UU. ni Europa occidental nos pueden ya brindar absolutamente nada” en cuanto a nuevas perspectivas de una sociedad por lo menos más justa y equitativa.

Habiéndose caído, como expresé, “todas las máscaras”, el único reducto en el llamado “occidente” que puede aportar una nueva visión, una nueva perspectiva y aun un nuevo paradigma social, es América Latina y dentro de ella la Argentina no tiene poco que decir.  Todavía y como lo expresaba el antropólogo argentino Rodolfo Kusch, conservamos un legado ancestral de “barbarie” que nos reivindica y que se enfrenta por ahora en silencio ante la degradación del paradigma liberal/iluminista y cuya expresión también degradada, es la “supremacía blanca” en los EE.UU. que conducidos por los “ricos más ricos”, se encolumnan millones de “blancos” pobres, o de una Europa occidental donde el fantasma del nazismo, comienza a corporizarse en “eso” que se denominan “minorías intensas”.

Es un momento histórico de grandes desafíos a los cuales nuestro país no está ajeno. Según lo expresó el “multimillonario” Warren Buffett  “La lucha de clases existe… y la están ganando los ricos”. A esto podemos agregar lo escrito por el geógrafo francés Christophe Guilluy que esa lucha de clases, esa “grieta”, es mundial y queda manifiesto el tercero excluido aristotélico: Están los de “arriba” y los de “abajo”poniendo fin a la existencia misma de ese devaneo arrogante de la “clase media” occidental.  Esfuerzo mayúsculo que la enorme mayoría mundial de los de “abajo”, no se sometan al liderazgo de los muy pocos de “arriba”.

Queda entonces el gran desafío, re-crear esa Democracia de los de “abajo”, esa Democracia de Masas de la cual América Latina conoce y mucho.  Activar la “parición” de  ese nuevo mundo que todavía no nació y sepultar ese otro viejo mundo que no termina de morir… Pero cuidado, que en ese claroscuro pueden nacer… los monstruos: Trump, Bolsonaro y aquí Macri y sus esbirros, son claro ejemplo de ello.

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