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Es indudable que los argentinos que hoy estamos vivos, no hemos visto nunca una crisis epidemiológica, como la provocada por Coronavirus, transformado en una pandemia. Que vino a trastocar todos los valores de los sectores dominantes. Están pasando hechos que antes no conocíamos, ni habíamos visto, ni nos imaginábamos.

Hoy todos los partidos políticos se ven obligados a participar en la convocatoria a la Cuarentena establecida por el gobierno Nacional de Alberto Fernández.

Tuvo que ocurrir una catástrofe mundial para que la Solidaridad emergiera como única salida de la consecuencia de vivir en COMUNIDAD.

Siempre no obstante, aparecen brotes de individualismo, de exacerbación de LO PRIVADO, de YO PAGO MIS IMPUESTOS, de TENGO DERECHO A CIRCULAR LIBREMENTE. De…. Y seguramente cada lector de este artículo, tendrá ejemplos, que vio, que le pasó a él, en fin.  En definitiva abundaremos en muestras de individualismo ANTI SOLIDARIO.

Los que se manifiestan de esta manera, son de diferentes clases sociales y con distinto poder adquisitivo. Que fueron moldeados desde la más tierna infancia en lo que vale es lo mío y lo que yo hago.

No ven que el ser humano es sociable por naturaleza. Que el prójimo existe y que los dos somos parte de la comunidad. Que tenemos diferentes funciones en la sociedad y que lejos de separarnos por ello, nos complementamos.

Nos dice Carlos Heller, presidente del Banco Credicoop ante la pandemia: “Estas crisis son escuelas de solidaridad. Es probable que la sociedad argentina salga con un rasgo de mayor solidaridad al final de la crisis, y si efectivamente, como todos esperamos, deseamos, se comprueba que lo que hemos hecho, lo que estamos haciendo, es una contribución a que el daño sea menor, yo espero que ese valor de la solidaridad crezca y tenga un mayor futuro”.

La Oportunidad: Recuperar la Solidaridad

Vamos a traer ese célebre dicho popular: “no hay mal que por bien no venga” para emprender el camino de la recuperación masiva de la solidaridad. Las cosas prácticas resultan inexpugnables, incontrastables. Con lo que está aconteciendo a través del coronavirus, hasta los más egoístas, individualistas y egocéntricos están cayendo en la cuenta que la cuestión es con el otro. Que pasa por el vecino, por el hermano, por el compañero de trabajo, por el familiar, que actuando como la gallina que rasca para adentro, no está contribuyendo con nadie y tampoco con si mismo.

Pensar la Solidaridad prácticamente

El mirar para el costado es la cuestión. Ver si nuestro semejante cercano necesita algo: carece de comida, lavandina, jabón, abrigo y que por añadidura no puede acceder por carencia económica, ver si nosotros personalmente, nuestro grupo por Whatsapp, por Facebook, por Twitter, por Instagram podemos publicar y ayudar. Si tenemos un adulto mayor, que no puede ir a comprar sus alimentos o medicamentos, ofrecernos para solucionar el problema.

Porque si esa necesidad está satisfecha ayudaremos a que el virus no se expanda.

Aunque no es en este sólo aspecto que debemos observar. En los hechos, en la práctica, mostrar que nos necesitamos. Nos necesitamos hoy con el Coronavirus y nos necesitamos siempre. Por aquello aparentemente sabido por todos y que conocemos desde nuestra adolescencia y juventud de que “el hombre es un ser sociable por naturaleza”.
No es lo mismo entender la frase habiendo nacido en un hogar donde nuestro padre tenía trabajo, nuestra madre nos brindaba alimentos, cama y nos planchaba el delantal prolijamente para ir a la escuela, que haber nacido en una situación donde nuestro padre tenía trabajo salteado, nuestra casa no tenía las comodidades básicas, se llovía, en una habitación dormíamos 5, 6 o más personas, nuestros padres y hermanos. No comíamos todos los días, mucho mate cocido, sin ropa en invierno y sin remedios en la enfermedad. No es lo mismo.

En nuestro Partido de la Costa se demuestra con la llegada de los diciembres que la inmensa mayoría de los habitantes buscan trabajo porque está arribando la temporada. Si están desocupados buscan trabajo y si tienen, por ejemplo docentes, quieren trabajar Enero y Febrero. El desempleo de invierno en la Costa, por esos 2 meses, baja abruptamente.

Con lo cual, eso demuestra que la voluntad de trabajar está en el pueblo. Acá, en la región, la provincia de Buenos Aires, la Argentina, en fin, en todos lados. Resultando entonces que aquello tan machacado desde que tenemos uso de razón, de que “los vagos y mal entretenidos” no buscan trabajo, no son vagos, sino que no tienen trabajo fijo y digno.  Porque desde 1943, en la Argentina, el trabajador descubrió que su trabajo vale y que tiene derechos que deben respetarse por parte del patrón. Salario digno con paritarias, aporte jubilatorio, Obra Social, vacaciones, aguinaldo, son derechos inalienables del trabajador. NO acepta ser Explotado, ni estar en negro. Si no tienen trabajo es lógico (como en Europa y EEUU) que reciban ayuda del Estado.

Los que poseen, desde que tienen uso de razón (proyectado en sus padres) comida, juguetes, calor en invierno, helados y vacaciones en verano, ropa limpia y con lindo olor, un buen desayuno y una agradable merienda, con sábanas limpias y bien olientes,  saben que sus padres tienen un sueldo fijo cobrado mes a mes, puntualmente, que poseen ahorros, Obra social, con médico y farmacia.

Entre éstos y aquellos que la “cultura dominante” ha puesto enfrentados deben encontrarse: EN LA SOLIDARIDAD, en la comprensión, en el análisis sensato. El argentino con ingresos fijos, debe comprender entender al otro argentino que no tiene nada o casi nada de lo que él. Debe ser solidario, al menos en la comprensión.

Porque este Coronavirus comenzó atacando primero a los que viajaron a Europa, Estados Unidos o Japón y se contrajeron el CoronaVirus y están perjudicando  A TODOS.

Por lo tanto unos y otros deben ser solidarios en las buenas y en las malas, abriendo las mentes, el bolsillo y el corazón.

La Solidaridad Social se Impone hoy más que nunca.

Silvio Bageneta

Mar de Ajó, 21 de Marzo de 2020

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